Guardaré mi voz en un pozo de lumbre y será crepúsculo toda la vida. Ya girarán más leves los cuchillos porque no encontrarán dónde herirme. Erguida de rocíos negros, para ti cantaré. ¡Que no me busquen los sin vista, que no me llamen los ahogados, que no me sientan los que huyo! A mi soledad de reflejos, amor, sólo tú. CARMEN CONDE Cuadro: Detalle de "La bella romana" de Amadeo Modigliani