Cuadro de Natalia Bryliova |
al jaguar adormecido incita a buscar el frescor,
con los ojos en el horizonte mudo, vasto, sin fin,
hundidos hasta los senos en la arena, una esfinge en cuclillas sueña.
A sus pies, sin embargo, muriendo como el oleaje,
un pueblo de hormigas negro y atareado se agita.
vive, ama, va, y luego lentamente pasa
bajo esa mirada sin cesar en el horizonte clavada.
Y ese pueblo ya no existe. El sol escarlata
allá abajo tranquilo se oculta, en un resplandor dorado,
luego, el aliento de la tarde, tibio y delicado,
dispersa esos despojos. La gran esfinge sigue soñando.
Otros poemas: