miércoles, 20 de febrero de 2013

¡Cómo me dejas que te piense!. Pedro Salinas




¡Cómo me dejas que te piense! 
Pensar en ti no lo hago solo, yo. 
Pensar en ti es tenerte, 
como el desnudo cuerpo ante  los besos, 
toda ante mí, entregada. 
Siento cómo te das a mi memoria, 
cómo te rindes al pensar ardiente, 
tu gran consentimiento en la distancia. 
Y más que consentir, más que entregarte, 
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas 
recuerdos en escorzo, me haces señas 
con las delicias, vivas, del pasado, 
invitándome. 
Me dices desde allá 
que hagamos lo que quiero 
—unirnos— al pensarte. 
Y entramos por el beso que me abres, 
y pensamos en ti, los dos, yo solo.


PEDRO SALINAS
*Cuadro: "Jóvenes al borde del mar". Pierre Puvis de Chavannes

jueves, 7 de febrero de 2013

"Romance de la pena negra". Federico García Lorca


Las piquetas de los gallos 
cavan buscando la aurora, 
cuando por el monte oscuro 
baja Soledad Montoya. 
Cobre amarillo, su carne, 
huele a caballo y a sombra. 
Yunques ahumados sus pechos, 
gimen canciones redondas. 
-Soledad, ¿por quién preguntas 
sin compaña y a estas horas? 
-Pregunte por quien pregunte, 
dime: ¿a ti qué se te importa? 
Vengo a buscar lo que busco, 
mi alegría y mi persona. 
-Soledad de mis pesares, 
caballo que se desboca, 
al fin encuentra la mar 
y se lo tragan las olas. 
-No me recuerdes el mar, 
que la pena negra, brota 
en las tierras de aceituna 
bajo el rumor de las hojas. 
-¡Soledad, qué pena tienes! 
¡Qué pena tan lastimosa! 
Lloras zumo de limón 
agrio de espera y de boca. 
¡Qué pena tan grande! Corro 
mi casa como una loca, 
mis dos trenzas por el suelo, 
de la cocina a la alcoba. 
¡Qué pena! Me estoy poniendo 
de azabache carne y ropa. 
¡Ay, mis camisas de hilo! 
¡Ay, mis muslos de amapola! 
Soledad: lava tu cuerpo 
con agua de las alondras, 
y deja tu corazón 
en paz, Soledad Montoya. 



Por abajo canta el río: 
volante de cielo y hojas. 
Con flores de calabaza, 
la nueva luz se corona. 
¡Oh pena de los gitanos! 
Pena limpia y siempre sola. 
¡Oh pena de cauce oculto 
y madrugada remota!

FEDERICO GARCÍA LORCA
*Cuadro: "La chiquita piconera" de Julio Romero de Torres